me masturbo sobre el sexo consciente.
sobre el alma forzada a gemir en frecuencias new age.
me vengo encima del mantra que pretende convertir el sudor en iluminación.
el sexo no me salva.
me arrastra.
me quiebra.
me abre como oráculo hecho de carne.
no busco comunión,
busco colapso.
no quiero luz,
quiero un cuerpo que me huela a miedo y deseo.
penetrar no es llegar,
es hundirse.
me follan los cuerpos que no piden perdón.
me enamoran las manos que tiemblan por violencia y no por amor propio.
el alma puede esperar.
yo quiero uñas, saliva, vértigo.
quiero un orgasmo que me borre el nombre.
si vienes a conectarte, quédate con tu cable.
yo vengo a arder.
a morir en espasmo sin palabra.
a dejarle al vacío un gemido impuro.
todo lo demás es teatro espiritual con lubricante de plástico.
y ni siquiera eso.
amén.
unimos nuestros cuerpos
para rascarnos
una parte del alma
que está demasiado lejos
de nuestras garras
pero desgarramos
toda la inocencia libre
que nos queda…